DE DICTAMENES, CRITERIOS Y SENSACIONES VARIAS
Así rumba Jarno Trulli, ex compañero de
Fernando Alonso en algunos de sus días en Renault, con respecto al cambio de escudería del
asturiano. Que siente un hormigueo extraño, un feeling poco alentador, dado el panorama que se presenta ante el
estreno del nuevo motorista en Woking. Y más si cabe claro está, debiéndose
adaptar a unas normas cambiantes,
unos equipos para un lado, otro quizás de lado, los del final posiblemente de
perfil, pues injustamente no tienen voz
ni voto.
Trulli, Flavio, Alonso & Montagny. De: crash |
Trulli declaró, según su punto de vista
de buen conocedor del mundillo de la fórmula 1, que el viaje desde Ferrari a
McLaren, no es desde luego mucho avance, aunque sí inevitable, “visto
que ambos querían ganar carreras y títulos”. Pero claro, estamos ante
un deporte donde la herramienta de trabajo, una con cuatro ruedas, un
propulsor, alerones y muchas pegatinas, influye en más del 85% para la consecución de grandes logros. Por tanto y de
no mostrarse rápido hasta el extremo, nada
puede hacer él sentado tras un volante lleno de botones de vivos colores. Y
aquí es donde emerge el nombre de Mercedes-Benz, pues sin duda dieron en la
diana a la hora de diseñar un bólido ganador. Uno que marca distancias con el
resto, uno que según Jarno “puede esconder todavía algún as”,
seguro bajo el capot. Así que como el vino que elabora en la región de Abruzzo,
este ahora patrón y piloto de la Fórmula E, el factor tiempo es muy importante.
Otro que atando cabos, juntando las piezas
de puzzle, o quizás mejor, enroscando las tuercas a su justo par, ha podido
llegar a una conclusión parecida acerca del párrafo anterior es David Coulthard. Para el británico,
hombre reflexivo y sesudo donde los haya, la fusión, el arrejuntamiento,
entre Alonso y McLaren se trata más bien de una unión de intereses comunes, una boda blanca, una pareja de hecho,
un dúo de conveniencia. Resulta obvio, que las novias disponibles eran las que
eran, a saber, una
y no más … Satanás. Y con esto último, no quiero referirme a nadie
en concreto, aún rememorando algunos recuerdos
desagradables de aquel infausto año 2007. Desde luego y seguramente por lo
anterior, pasión, amor, lo que se dice amor, ni regalándose mutuamente grandes
cajas de bombones. Por ello quizás equivocado estaba, en este caso, John Paul
Young con aquello de “Love is in the air”.
Como la FIA está que lo tira,
y no, no asustaros ni alarmaros que pasta no es. Me refiero a emitir norma tras
norma, y nada sabemos de “la Duval”,
pues ahora toca las referentes a cómo obtendrán los novatos la superlicencia a
partir del 2016. Por lo pronto, deberán tener al menos 18 tacos y carnet de
conducir ordinario; de tener la mili
cumplida, nada se dice. Además deberán sumar al menos 40 puntos, en los
campeonatos previos a la F1, ya sea la futura F2, las actuales F3, GP2 y 3,
IndyCar, Fórmula Renault, etc. La estancia en alguna de estas, será de dos
temporadas como mínimo, más 300 kilómetros sobre un F1, rodando, que
solo sentado, rien de rien. Para el final queda pasar la prueba del “Reglamento
deportivo”. Aquí no se si tendrán que hacerlo tipo test o de manera oral. De
ser esto último, no lo supera ni “El
hombre que sabía demasiado”, a saber, James Stewart en aquel film dirigido
por Alfred Hitchcock.
El buen humor dicen, es muchas veces
contigioso, como la risa, que una vez puestos, es difícil de parar. También
sostengo que “quien bien te quiere … te
hará reír”, pues todos preferimos sin duda, a las personas optimistas
frente a las pesimistas. Pero una cosa es la ilusión y el entusiasmo, en este
caso de un padre, y otra muy distinta pasarse dieciséis municipios de una tacada.
Así supimos en primera persona, que daddy
Anthony, de apellido Hamilton, “ve a su hijo campeón a mediados de año”.
Eso sí, después de esta, llamémosla suavemente boutade, estupidez en
Castellano, precisó algunas cosillas sin importancia. De entrada, un buen
comienzo de temporada, imagino con victorias encadenadas una tras otra. Para
ello Lewis necesitaría lógicamente de un coche fiable, que corra y mucho, cosa
confirmada por el Mercedes-Benz del 2014. Quizás mejor Tony, debería ensoñar
con el “frontón de a uno”, más que
con las carreras de coches.
¿Cuánto tiempo necesita un equipo, para
hacer un coche campeón? ¿Cuántos años se precisan para encontrar el equilibrio,
entre chasis, aerodinámica y la unidad de potencia? ¿Y de ser esta de nuevo cuño? Pero sobre todo ¿cómo encontrar esto
último, si las reglas teóricamente no deben cambiar, pero de repente se moldean, como el pelo de Tony Manero
en “Fiebre del sábado noche”? El ex
piloto de fórmula 1, John Watson,
cree que su ex equipo de principios de los años 80, McLaren, necesitará al menos dos años
tirando a tres, para volver a estar arriba con asiduidad. Por tanto, una vez
sucediese esto, podrían optar a ser campeones de nuevo. Evidentemente dicho
así, puede disgustar a más de uno, sobre todo pensando en la llegada de
Fernando Alonso a Woking. Pero o suena la flauta, o se tendrá que tirar de
paciencia, dada la falta de jornadas para probar este monoplaza 100% nuevo.
Otro que anda de subidón, cercano a
cantar aquello de “a quien no le guste el vino es un animal, o no tiene un
real”, es el new presi de
Ferrari, Sergio Marchionne. Desde la lejana Detroit, el italiano dijo haber
tenido “el primer buen resultado, pues se podrá desarrollar los motores”.
La realidad sin embargo, por dura que sea, es que estamos solo ante una prolongación de la fecha tope de
homologación de los propulsores. Eso sí, con el 48% del mismo
supuestamente evolucionado. Luego pide a los aficionados italianos “¡que
les dejen trabajar!”, aunque reconoce que “partirán desde atrás”.
Con todo esto y “tan pronto como sea posible, Ferrari
volverá a ganar”. Entiendo que el nuevo ocupante de la poltrona
de Maranello, intente insuflar ánimos a la parroquia rojilla, tifosi en Italia,
pero con este argumentario, solo
conseguirá que se agoten en Italia las reservas de tinto del Piamonte, la
Toscana, más las de Trentino y de Veneto.
Como cierre, qué mejor que recordar algunas novedades del 2015, cuando las
fechas de presentación de los equipos empiezan a estar muy próximas. La primera, los coches pesaran dos unos
junticos, es decir, 11 kilos más que el año anterior,
robusteciéndose desde los 691 a 702 kg,
para solaz y jolgorio de los pilotos. La
segunda es que no habrá dobles puntos never, jamais en francés. La tercera y con tres letras, VSF, o Coche de Seguridad Virtual, en caso
de enarbolar dobles banderas. También
veremos a tres debutantes, Carlos, Felipe y Max. La cuarta, solo cuatro propulsores por coche, ¡gensanta, mon Dieu!
para 20 carreras. Y cinco, sin hacer
asonancia alguna, que se parece a “Naso-nancia”,
bordeando ya el cachondeo de la percha, nada de narices tipo oso hormiguero, morsa o marmota. Tampoco en forma de aspirador,
recogemigas, pilla todo, asimétricas
o prismáticas, solo frontales de fórmula 1, los de siempre, los corrientes, los
norma-les.
©
Sammas
*** El Ferrari azul-amarillo de la foto, fue el único con esos colores dado que corrió "abanderado" por el ACA o Automovil Club de Argentina, a manos de Froilán González.
Ver otros ecos:
“Artículo
original en caranddriverthef1.com”
“De campanas, peces y
borriquillos”
“Todo quieto y calmo”
“Cosas de gourmets”
“Una vez agotada la
caipiriña”
“One week later: Interlagos – Brasil 2014”
Información
de F1 en: "Callejón de boxes"