DE CUADRILLAS, CAMARILLAS Y "GRUPOS"...
Aunque los tres sean sinónimos,
no significan lo mismo. Así en el
primero, podríamos imaginar a una numerosa y nutrida recua de amiguetes, de colegas,
saliendo a tomarse una buena ristra de vinos. El segundo, huele a una especie de secta urdiendo, maquinando
tramas nada legales, muy poco lícitas. Y a pesar de sonarnos el tercero como el mejor, nada de nada,
pues de ser tildado “de estrategia”,
te quitan tus ilusiones fundadas, te
levantan la pasta en un visto…pues ya no visto, ¡como una banda de tahúres,
de mangantes!
Eso fue lo sucedido recientemente al team angloruso Marussia, que acudió
a una placida reunión, sobre el papel,
del autodenominado Grupo de
Estrategia, y poco menos que necesita pedir la ayuda a los “Hombres de
Harrelson”. Estos azulados expertos S.W.A.T, en su serie de televisión, actuaban contundentemente en
misiones donde se producían graves altercados, como secuestros, sediciones y tumultos. Así en París el “GE” dio nones con malas formas, Force India al frente, a las
gentes de Manor, primera denominación de la escuadra en el año 2010, antes de
pasar a Virgin y luego al actual nombre. Resulta obvio, que el trasfondo de la
cuestión no está en que quieran competir con el coche de la temporada 2014 y
por tanto seguir situados en la cola del pelotón, que va. Todo gira alrededor de los 45 millonazos de euros que lícitamente
les pertenecen, pues de no poder estar en Australia, serían repartidos entre toda la jauría,
perdón, equipos medios restantes.
Con esto ha quedado más patente que nunca, además de presentarse de forma nítida y cristalina, que lo del circo de Bernie es una verdad verdadera, una certeza absoluta. Pero el espectáculo no se da bajo una carpa nueva y reluciente, dados los numerosos y abundantes remiendos, parches y cosidos, cada día más visibles, a la vista de todos. Tampoco la representación se basa en bellas y esbeltas equilibristas, magos que causan el asombro del respetable, trapecistas que rozan el imposible, el cuádruple mortal. No, lo que más bien sucede, de lo que hablamos, es de un grupo de fieras donde los más fuertes enseñan los dientes, rugiendo sin parar. Y lo hacen mostrándoselos a los más débiles, dejando claro quién manda allí. Lástima que estos “gatitos” no se den cuenta, que todos están dentro de la misma jaula, bajo el yugo del mismo látigo, uno en manos del domador, aún siendo este pequeño e insignificante.
Esta situación dantesca no solo la veo yo, firme defensor del pelotón de cola, ese cada vez menos nutrido, y aquí sí grupo, el de las escuderías modestas. También Giancarlo Minardi, quien tachó lo sufrido por Marussia de “absurdo y antideportivo”, dado que todo va de repartirse un dinero no lícito, pues tiene su legítimo dueño. Añadió que esto ya viene de lejos, allá por finales de los años 90, más tarde a principios del nuevo siglo. Además empatizo acerca de que en el caso de borrar de la parrilla a Marussia o Caterham, las últimas filas “serán ocupadas por escuderías de mayor presupuesto”. Evidentemente estas tienen mayores pretensiones, quedando aparcadas lógicamente al final de fila, fuera por ejemplo de Q2 y Q3, lo que llevaría aparejado menos minutos en pista, ante el público, en las pantallas de la TV. ¿Qué dirán entonces sus anunciantes, sus espónsores? ¿No es acaso un circulo vicioso con un pésimo final también para ellas?
Con esto ha quedado más patente que nunca, además de presentarse de forma nítida y cristalina, que lo del circo de Bernie es una verdad verdadera, una certeza absoluta. Pero el espectáculo no se da bajo una carpa nueva y reluciente, dados los numerosos y abundantes remiendos, parches y cosidos, cada día más visibles, a la vista de todos. Tampoco la representación se basa en bellas y esbeltas equilibristas, magos que causan el asombro del respetable, trapecistas que rozan el imposible, el cuádruple mortal. No, lo que más bien sucede, de lo que hablamos, es de un grupo de fieras donde los más fuertes enseñan los dientes, rugiendo sin parar. Y lo hacen mostrándoselos a los más débiles, dejando claro quién manda allí. Lástima que estos “gatitos” no se den cuenta, que todos están dentro de la misma jaula, bajo el yugo del mismo látigo, uno en manos del domador, aún siendo este pequeño e insignificante.
Esta situación dantesca no solo la veo yo, firme defensor del pelotón de cola, ese cada vez menos nutrido, y aquí sí grupo, el de las escuderías modestas. También Giancarlo Minardi, quien tachó lo sufrido por Marussia de “absurdo y antideportivo”, dado que todo va de repartirse un dinero no lícito, pues tiene su legítimo dueño. Añadió que esto ya viene de lejos, allá por finales de los años 90, más tarde a principios del nuevo siglo. Además empatizo acerca de que en el caso de borrar de la parrilla a Marussia o Caterham, las últimas filas “serán ocupadas por escuderías de mayor presupuesto”. Evidentemente estas tienen mayores pretensiones, quedando aparcadas lógicamente al final de fila, fuera por ejemplo de Q2 y Q3, lo que llevaría aparejado menos minutos en pista, ante el público, en las pantallas de la TV. ¿Qué dirán entonces sus anunciantes, sus espónsores? ¿No es acaso un circulo vicioso con un pésimo final también para ellas?
Para enfangarlo todo aún más, llevando
la ley de Murphy, “Si algo puede salir
mal, saldrá mal seguro”, hasta extremos fuera de cualquier galaxia
conocida, Force India siguió por la senda del hachazo indiscriminado, no solo
contra Marussia, sino también contra Caterham. Que una vez lanzados en el intento de
apropiarte de sus dineros, qué mejor que desacreditarles echándoles
la culpa de miserias propias. Así un tal Bob Fernley, a la postre director
adjunto del equipo con sede en Silverstone, tuvo el descaro de culpar de sus múltiples retrasos, a las dos
formaciones que están más fuera que dentro de la F1. Que si no pueden utilizar
el túnel de viento de Toyota en Colonia, que si problemas con los proveedores
comunes, que si el abuelo vuelve a fumar
en pipa. Nada
sobre sus propios impagos, sobre facturas no abonadas, sobre la
insolvencia de Mallya. ¡Ay Fern@ley, no
eres un tipo que hagas honor al final de tu apellido!
Una peli infantil, El Rey León, popularizó el Hakuna Matata. Esta expresión procedente del idioma suajili, viene a traducirse como “No te preocupes, sé feliz”. Esto mismo es lo que vino a declarar Flavio Briatore, sobre los problemas vividos, especialmente el primer día, por Fernando Alonso sobre su nueva montura. La cuestión vista con el vaso totalmente lleno, es que mejor sufrirlos en los primeros test de pretemporada, que en la Q1 de Melbourne. Y más si hablamos de un coche totalmente nuevo, acoplado a un propulsor by Honda, marca cuyo departamento de competición lleva lejos de la fórmula 1 seis años. Encima estos hybrid, con tanto componente electrónico, dos MGU, baterías o acumuladores, etc, no sabes por dónde anda la chicha y por donde la limoná; por cierto, ambas son bebidas, una alcohólica y otra refrescante. Así que como dijo el sabio, “paciencia, unas birras, buenos alimentos y ocho horas de relajantes sueños”.
Como fui espectador fiel del programa “Barrio Sésamo”, siempre tendré claro diferenciar entre el saber y el ignorar, la memoria y la amnesia o el largo trecho que hay entre la predilección y la hostilidad. El remontarme alguna que otra década atrás, vino causado al conocer lo dicho recientemente por el patrón de McLaren, Ron Dennis, sobre cómo han cambiado las cosas por Woking desde el 2007. El británico afirma que “todos han pasado página, ablandándose él, madurando Fernando Alonso”, además de precisar que el piloto español “no pidió ser el number one del team, sino igualdad con Jenson”. Tras esto solo me queda acudir a otra máxima, aquella que reza lo de “a buen entendedor, poco rollo has de largarle”, dado que puedes inferirle un gran sopor, mucha modorra. Y aún sabiendo que el tiempo pasa y discurre, algunas conductas son difíciles de arrancar, borrar o erradicar; y espero equivocarme de verdad.
Una peli infantil, El Rey León, popularizó el Hakuna Matata. Esta expresión procedente del idioma suajili, viene a traducirse como “No te preocupes, sé feliz”. Esto mismo es lo que vino a declarar Flavio Briatore, sobre los problemas vividos, especialmente el primer día, por Fernando Alonso sobre su nueva montura. La cuestión vista con el vaso totalmente lleno, es que mejor sufrirlos en los primeros test de pretemporada, que en la Q1 de Melbourne. Y más si hablamos de un coche totalmente nuevo, acoplado a un propulsor by Honda, marca cuyo departamento de competición lleva lejos de la fórmula 1 seis años. Encima estos hybrid, con tanto componente electrónico, dos MGU, baterías o acumuladores, etc, no sabes por dónde anda la chicha y por donde la limoná; por cierto, ambas son bebidas, una alcohólica y otra refrescante. Así que como dijo el sabio, “paciencia, unas birras, buenos alimentos y ocho horas de relajantes sueños”.
Como fui espectador fiel del programa “Barrio Sésamo”, siempre tendré claro diferenciar entre el saber y el ignorar, la memoria y la amnesia o el largo trecho que hay entre la predilección y la hostilidad. El remontarme alguna que otra década atrás, vino causado al conocer lo dicho recientemente por el patrón de McLaren, Ron Dennis, sobre cómo han cambiado las cosas por Woking desde el 2007. El británico afirma que “todos han pasado página, ablandándose él, madurando Fernando Alonso”, además de precisar que el piloto español “no pidió ser el number one del team, sino igualdad con Jenson”. Tras esto solo me queda acudir a otra máxima, aquella que reza lo de “a buen entendedor, poco rollo has de largarle”, dado que puedes inferirle un gran sopor, mucha modorra. Y aún sabiendo que el tiempo pasa y discurre, algunas conductas son difíciles de arrancar, borrar o erradicar; y espero equivocarme de verdad.
Desde hace tiempo vivimos inmersos en algo llamado “Sociedad del miedo”. Según los/as del
tiempo, el calor llega en forma de
grandes e inmensas
olas y el frio también. Las temperaturas suben hasta niveles insoportables, para luego desplomarse, al igual que
las bolsas o las monedas. Hasta la blanca nieve produce algo desconocido hasta
hace poco, ¡trampas
de hielo! Así que no es de extrañar que al marcar Ferrari, tres días
de cuatro, el mejor crono en Jerez, para que el personal dijese “estar
preocupado”. Los rivales ponen cara de asombro, el desconcierto cunde
por doquier; ¡pero
si el año pasado sonó la misma cantinela y mira la temporada 2014!
¡Sin fe, sin rabia, sin victorias! Nadie se pregunta si fue el poco caldo en los depósitos,
quitándole ala al Cavallino, metiendo vueltas a tope al power unit. Luego Marchionne dijo: “marcar la vuelta rápida es una
cosa, pero ser rápidos a lo largo de un GP es otra muy distinta”. Desde
entonces, la calma chicha reina de nuevo…con suaves y agradables temperaturas,
¿hasta cuándo?
© Sammas
Ver otros ecos:
“Artículo
original en caranddriverthef1.com”
“Creo que las buenas intenciones, no serán
suficientes”
“Apretando
las culatas, listos, ya”
"De
dictámenes, criterios y sensaciones varias"
“De
campanas, peces y borriquillos”
“Todo
quieto y calmo”
Información
de F1 en: "Callejón de boxes"